lunes, 14 de marzo de 2011

Adolescente por opciòn

Tengo la sensación de querer correr sin rumbo.

Sentir que corro tan fuerte que me choca el viento en la cara, no hay corazón acelerado, no hay cansancio, solo dos piernas que me ayudan a acelerar la marcha acompañada de una cuasi realización de deseo.

¿Quien no quiso correr a lo Forrest Gump? ¿Quien no se sintió alguna vez así? Siempre con la misma ropa, en la nieve, con calor, con lluvia…
¿Escapar de uno mismo? ¿Escapar de la realidad que nos toca? Quizás. Para mi, solo es escapar.

Hay un dicho que dice: “Los problemas viajan en la valija”. Y la verdad que al dejarme llevar por esa sensación de correr y correr, creo que el viento me va despojando de todo aquello que me aqueja, que me acongoja.

Algunos preferirán drogas, el alcohol o dormir.

A pesar del cigarrillo y el poco estado atlético correr seria la mejor forma de sentir que dejo atrás lo que no se como resolver.

He escuchado infinidad de veces que hay que enfrentar los problemas. Enfrentarlos nos hace ciudadanos de ese mundo que dice “adulto”.

Sincera y caprichosamente, y porque no de forma estúpida, confieso que no quiero ese lugar en infinidad de situaciones…

Quizás hoy, sea una de esas.

2 comentarios:

  1. Qué linda persona sos. Corre Caro, corre!

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  2. El deseo de querer escapar corriendo y no tener las fuerzas para hacerlo. Las ganas de quedarse encerrado en uno mismo y no salir... no salir. No es una sensación de las más agradables, pero siento que todos debemos pasarlas para atravesarlas y volvernos más fuertes a partir de uno mismo.
    Te mando un beso grande, Caro.

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