martes, 29 de marzo de 2011

Ser Mujer

Hace un tiempo decidi estudiar. Me anote y espere con ansias al primer dia de clases, (de "cursada" como lo llaman aquellos que estan familiarizados con esto de asistir a clases.). Es un Instituto de salud, mi carrera es la de Counselor, (consultor psicologico); en mi comision somos dieciseis (16) mujeres y un (1) varon, datos no menores ya sabran porque.

En mitad de la clase irrumpe un directivo, (medico, casado con una mujer e hijo de otra de misma especie), para darnos su afectuosa y cordial bienvenida al centro de estudios diciéndonos, entre otras cosas, "NO se embaracen. El embarazo NO permite estudiar, cumplir con las obligaciones que se les dan en las distintas materias, quedan imposibilitadas de venir a clases, de rendir parciales y ni hablar de los finales. Si quieren tener hijos esperen 3 años. Esperen a estar recibidas con titulo habilitante, el cual significa trabajo en blanco"

Si. Miles de comentarios poco felices podríamos hacerle a este señor que ademas de todo niega la cosa mas increíble y sublime que la misma naturaleza nos dio a nosotras, las mujeres.

No se puede negar a la naturaleza.

lunes, 14 de marzo de 2011

Adolescente por opciòn

Tengo la sensación de querer correr sin rumbo.

Sentir que corro tan fuerte que me choca el viento en la cara, no hay corazón acelerado, no hay cansancio, solo dos piernas que me ayudan a acelerar la marcha acompañada de una cuasi realización de deseo.

¿Quien no quiso correr a lo Forrest Gump? ¿Quien no se sintió alguna vez así? Siempre con la misma ropa, en la nieve, con calor, con lluvia…
¿Escapar de uno mismo? ¿Escapar de la realidad que nos toca? Quizás. Para mi, solo es escapar.

Hay un dicho que dice: “Los problemas viajan en la valija”. Y la verdad que al dejarme llevar por esa sensación de correr y correr, creo que el viento me va despojando de todo aquello que me aqueja, que me acongoja.

Algunos preferirán drogas, el alcohol o dormir.

A pesar del cigarrillo y el poco estado atlético correr seria la mejor forma de sentir que dejo atrás lo que no se como resolver.

He escuchado infinidad de veces que hay que enfrentar los problemas. Enfrentarlos nos hace ciudadanos de ese mundo que dice “adulto”.

Sincera y caprichosamente, y porque no de forma estúpida, confieso que no quiero ese lugar en infinidad de situaciones…

Quizás hoy, sea una de esas.